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El pasado jueves 17 de agosto, el jefe del Delegación de Diálogos del ELN, Pablo Beltrán, advertía de que hay una doble ofensiva contra los avances que ha hecho la Mesa de Diálogos de Paz entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional -ELN y el Gobierno de Colombia. Uno de los ataques se traduce en un despliegue inusual en los territorios de grupos paramilitares y neoparamilitares. Pero la segunda forma de los ataques es mediática.

El ‘liderazgo’ de esta ofensiva lo tiene la Revista Semana, el ariete mediático desde el que el poderoso Grupo Gilinski (dueño del banco GNB Sudameris, de la mayoría del grupo Nutresa, entre otras empresas) trata de influir en la política del país y que ha supuesto una derechización radical de este medio, que alguna vez tuvo cierto prestigio periodístico. Justo desde que el 3 de agosto se instalara públicamente el Consejo Nacional de Participación, en un multitudinario acto celebrado en Bogotá, e iniciara el Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal —ambas implementaciones importantes de los Acuerdos de Cuba—, comenzó una ofensiva de titulares basados en información no verificada, o directamente manipulada, que han enrarecido el ambiente.

Entre el 9 de agosto y el 18 de agosto, Semana publicó 57 notas diferentes alrededor del falso plan del ELN para atentar contra el fiscal

Semana ha servido de altavoz a la campaña del Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, contra el Gobierno de Gustavo Petro y, de carambola, contra la Mesa de Diálogos. Entre el 9 de agosto y el 18 de agosto, la edición digital de la Revista Semana —que es la que realmente influye en el país— publicó 57 notas diferentes alrededor del supuesto plan del ELN para atentar contra el fiscal, contra la senadora de extrema derecha, María Fernanda Cabal y contra el ex comandante del Ejército, el general en retiro Eduardo Zapateiro. Eso significa casi una media de 6 notas al día respecto al tema. Por supuesto, a esas habría que sumarles la del supuesto plan de atentar en Bogotá y las que tienen que ver con un supuesto paro armado que ha sido desmentido, aunque la revista no recoja ese hecho.

A la Revista Semana la siguen una serie de medios. Por supuesto, los otros medios comprados por Gilinski (El País de Cali y El Heraldo de Barranquilla), pero también gustan de replicar el enfoque otros medios como Blu Radio, Vanguardia Liberal o Infobae, entre otros.

La última prueba de los montajes mediáticos respecto al supuesto —y falso— plan para atentar contra Barbosa, Cabal y Zapateiro es el titular que se ha instalado en las últimas horas: “Confirman planes del ELN para asesinar a María Fernanda Cabal y al general (r) Zapateiro. Gobierno Petro tenía la información hace dos meses”. La única fuente de esta supuesta noticia es el abogado Víctor Mosquera, que —casualmente— representa a Cabal y a Zapateiro. El abogado dice que, gracias a fuentes de inteligencia en el extranjero”, se confirma el plan y que el Gobierno lo conocía hace dos meses. No hay más datos, no sabemos que inteligencia de qué país, no hay ningún tipo de verificación periodística. El Fiscal, que hizo pública la supuesta amenaza antes incluso de hablar con el Ministerio de Defensa o con presidencia, tampoco ha sido capaz de mostrar una sola prueba del plan.

El pasado 13 de agosto, el editorial del diario El Espectador exigía que se aclare la información por el bien del país. “Es imperativo que los organismos de inteligencia y seguridad consideren todas las hipótesis, confirmen las fuentes de esa información y resuelvan las dudas que genera el caso. Es la única manera de despejar cualquier conjetura”. La conjetura es, sin embargo, un buen espacio para la manipulación y para atentar contra la paz.

La última semana ha sido intensa en titulares que atentan contra la paz. El responsable de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, concedió dos entrevistas. Una, a la agencia de noticias EFE donde, de manera rigurosa, se reprodujeron las explicaciones de Ruiz Massieu sobre la evolución del Mecanismo de Monitoreo y Verificación del Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal entre el ELN y las Fuerzas Armadas de Colombia. Otra a Blue Radio en la que explicó lo mismo pero se tituló muy diferente; y ya sabemos que el titular se esconde el demonio (porque es lo que la inmensa mayoría de personas lee). La primera, la de EFE, fue titulada: “La ONU cuenta «pocos» incidentes tras el cese al fuego”. La segunda, la de Blue Radio, “ONU revela que ya se registran más de dos decenas de posibles violaciones de cese bilateral con ELN”. El titular manipula la información de Massieu y facilita que otros medios, haciendo referencia a la entrevista, vayan más allá, como El Colombiano, que se atreve a afirmar: “Enfrentamientos del ELN con otros grupos armados, con finamientos de población civil son algunos de los elementos que se han configurado como posibles violaciones al cese al fuego y que la misión de verificación está evaluando en ese sentido”. La Misión de Verificación de la ONU no evalúa, sino que lo hace el Mecanismo, del que forma parte la ONU, la Iglesia católica y las partes que se sientan en la Mesa. Y los choques entre el ELN y otros grupos no pueden ser evaluados en un cese “bilateral”.

Estos dos ejemplos —la novela de Fiscalía y el caso del cese al fuego— son sólo algunos casos que parecen aislados de lo que está bien tejido. Sigamos atentos para que cada vez menos titulares atenten contra los esfuerzos de paz.