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Palabras del comandante Pablo Beltrán, jefe de la Delegación de Diálogos del ELN en la instalación del 4º Ciclo de Diálogos con el Gobierno de Colombia

Caracas (República Bolivariana de Venezuela) | Lunes 14 de agosto de 2023 | 11:24 a.m.

 

Buenos días a todas y todos,

Para las dos delegaciones, y me tomo la vocería de ambas, es muy satisfactorio regresar a Caracas, a Venezuela, a realizar un ciclo más de estos Diálogos de Paz. Como decía monseñor Darío Monsalve, el pueblo de Colombia, y en especial las dos delegaciones, tienen un inmenso agradecimiento y reconocimiento al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela por todo el esfuerzo de apoyar este proceso de paz. Es un esfuerzo que no siempre es bien entendido, y cuando los aportes que se hacen no son suficientemente valorados es más difícil hacerlo. En ese sentido, tenemos un doble reconocimiento en compensación.

Nuestra Delegación [de Diálogos] del Ejército de Liberación Nacional trae a la Mesa, a los garantes, acompañantes, al grupo de países de apoyo y cooperación, a la ONU, a la Iglesia [católica], a la prensa y a todos los que nos acompañan un saludo que tiene esta base: el ELN, cuando viene a estos eventos de paz, viene a hacer acuerdos y a cumplir acuerdos. Cuenten con el ELN para seguir desarrollando este proceso de paz

Este es un proceso de paz que se desarrolla en un momento en que en el mundo, desgraciadamente, lo que prima es un ambiente bélico, de guerra, de conflictos… El hecho de que en una nación como la nuestra, tras 70 años de conflicto interno, tengamos esta Mesa [de Diálogos de Paz] es la muestra de un compromiso con el pueblo colombiano, pero también con el mundo. Tenemos así un mensaje para decirles: que así las diferencias entre poderes e intereses sean muy agudas, siempre habrá una vía de solución política a los problemas, que es lo que intentamos en esta mesa. Siempre los procesos de paz —y este en particular— han tenido oponentes, adversarios. En los años 80, uno de los grandes impulsores del proceso de paz en Colombia, Otto Morales Benítez, decía que estos procesos siempre tiene enemigos agazapados, osea, como a la sombra. Nosotros pensamos que, en este momento, los adversarios del proceso de paz persisten en Colombia, pero, afortunadamente, son menos. O sea, cada vez son menos. Tampoco aspiramos a ser monedita de oro. A lo que sí aspiramos es a cumplir, a que lo que aquí se firma se cumpla. En ese sentido, esa es la muestra evidente de que hay una convicción por lograr una solución política siempre.

Esta mesa desde cuando comenzó acá en Caracas, en octubre [de 2022] y después en noviembre. Ha venido firmando una serie de acuerdos bajo una lógica: acuerdo que se va firmando se va implementando. Se dejó atrás el precepto de que «nada está acordado hasta que todo esté acordado». Eso nos rige en esta mesa. En esta mesa rige que lo que se firma se va implementar.

Después de un ciclo acá en Caracas, un segundo ciclo en México y tercer ciclo en La Habana, venimos a este 4º ciclo de nuevo aquí a Caracas ya en un nuevo momento de esta mesa, un momento que nosotros lo llamamos de un salto de calidad que ha tenido la mesa. ¿Por qué? Porque ya estamos en un punto de implementar un acuerdo de cese al fuego bilateral —que debe terminar en febrero—, que cuenta con un organismo de monitoreo y verificación muy robusto, liderado por Naciones Unidas y la Iglesia colombiana, y aspiramos a que, con la buena voluntad de cumplir y el acompañamiento del Mecanismo de Verificación, los incidentes se puedan prever y los que ocurran se puedan resolver y llegar a febrero con un cese que le cumpla Colombia. Ese es un compromiso y un reto.

El otro compromiso, que para nosotros es aún más importante, es un proceso de participación de la sociedad. Las fuerzas del gobierno y del ELN son pocas para los cambios que hay que hacer en Colombia. Nosotros decimos: «a cambios grandes, fuerzas grandes«. Entonces, acudimos a que la sociedad colombiana participe en este proceso y hemos instalado en Bogotá una Comisión Nacional de Participación, con cerca de 100 miembros, la mayoría representan a muchos sectores de la sociedad colombiana y territorios, y aspiramos a que ese organismo haga una metodología muy inclusiva, que no deje a nadie por fuera de este proceso de participación, porque en últimas esta mesa y la paz no va a ser producto de un gobierno o de una insurgencia: eso es de la sociedad colombiana.

Por todo eso, la consigna que nosotros no nos cansamos de repetir es que construyamos una visión común de paz. No es la del gobierno, no es la del ELN, es la de todos… y que nadie se quede afuera. En ese sentido, seguimos trabajando, porque en la medida de que esto avance, va a haber más confianza de la sociedad colombiana hacia este proceso. La confianza la dan son los hechos, el cumplimiento de los acuerdos. Entonces, si esta sociedad empuja este proceso, nosotros tenemos la convicción, la certeza, de que esto va a avanzar.

A mí me decían antes de entrar acá: hay que mirar cómo se lleva alivio humanitario a las ciudades y regiones que hoy están sufriendo más el conflicto. Ese es un punto que vamos a examinar acá, cómo desde el cese y la participación logramos llegar a regiones y ciudades que tienen más conflicto y cómo la Mesa se pone al servicio de que haya nieve humanitaria en esas partes. Entonces, para nosotros, si me preguntaran «¿un resultado de este ciclo, cuál es?», la respuesta sería:  que los instrumentos que ha creado la Mesa, que es la participación y el cese al fuego, de verdad le lleven un alivio humanitario a las poblaciones y ciudades que más sufren.

Ese es nuestro compromiso. Agradecemos su acompañamiento. Estos esfuerzos necesitan energía positiva y consideramos que la presencia de cada uno de ustedes, y de los estados y organismos que representan, la sociedad, la prensa… todo esto tiene que sumar para, como decía el general Martínez, Colombia sea también un aporte importante para que América Latina y el Caribe sea una zona de paz. Ese es el compromiso. Muchas gracias. (FINAL)